La marca de vino Torrelongares confió en nosotros para trabajar en una nueva estrategia que le hiciera destacar de su competencia. Para lograrlo, desnudamos sus vinos de cualquier elitismo y los maridamos con literatura, creando un nuevo packaging y diseñando una nueva identidad: la “copa-pluma”, un objeto imposible, un juego positivo-negativo que vertebra la campaña y reproduce la débil frontera entre vino y tinta.
Este concepto trasciende el diseño y aporta un valor añadido reconocible: unir el mundo del vino con la literatura. Entonces, seleccionamos a diez jóvenes escritores vinculados a la zona de producción del vino, les invitamos a escribir cuatro microrrelatos, y diseñamos cuarenta contraetiquetas diferentes para sus botellas. Así creamos Torrelongares con los jóvenes escritores, un pequeño libro con todos los relatos en el que los autores escribieron sus propias notas de cata literarias. Un libro para leer mientras disfrutamos de un buen vino Torrelongares.